martes, 15 de marzo de 2016








Renglones al aire  II

Ya no se ven los pámpanos oscilantes
que dieron color a mis poemas,
verdear en las viñas.
Ya no maduran sus garnachas ni drecheros,
en ese huerto luminoso
de cepas curtidas
que eclipsaban en verano nuestros ojos,
porque se las están llevando la fuerza de los arados,
sin estar enfermas ni heridas.
Quizás algún dia lloremos, abuela
la tristeza de sus campos
a la sombra de algún almendro en flor,
o algún olivo aceitunero.
Y entonces. ¿Quien redimirá las cepas reviradas
que sostenían las uvas,
y cosechara el néctar sagrado
que dormía a la sombra de los trujales?
Si ya no habrá viñas verdosas,
que verter en los labios,
si los jóvenes maduran
a la sombra del hormigón, en las urbes,
buscando otro trabajo.


Ya te seguiré contando, abuela
te seguiré escribiendo
estos renglones al aire,
mientras me asomo al bacón,
a contemplar ese cielo estrellado.

                            Jesús Aragonés ( Maneles )

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