jueves, 18 de junio de 2015








EL JARDÍN DE MIS SUEÑOS
      

Veo mi jardín
en los sueños de la noche,
las flores ansiosas
besan la luna al anochecer
y sonríen dulcemente a su antojo,
desvelando ese olor penetrante
que mueve con el viento…
las nubes de ese cielo opaco.
Late mi corazón entre los árboles,
tumbado sobre la fresca hierba
que aflora en los jardines del estío,
veo la imagen de mi propio deseo,
mudo... sobre el susurro oscuro de las hojas
y tras el encanto de las sombras
la luna llena se despide
dejando al alba, ese rocío transparente
que envuelve el jardín de mis sueños.


                     Jesús Aragonés.(Maneles)




viernes, 5 de junio de 2015







LA CASA



Él, se marchó en la tarde de aquel verano roto.
Ella...en esa primavera tardía cansada de los años,
marchó al reencuentro de su amado.

Allí quedó esa casa labriega de piedras y barro,
quebrándose en esa congoja contenida
que refleja su aspecto triste y demacrado,
esperando en soledad...el regreso de sus amos.
A veces el viento rompe el silencio
que pasa por sus ventanas destartaladas,
y mueve las telarañas adormecidas
en la oscuridad de la casa.
El misino entró por la gatera
a la espera de algún ratón, que saliese de su cado.
En la cuadra, el jubo arguellau por la carcoma,
la bozadera, los fencejos y el falcino colgando de la estaca,
en el suelo, el capazo y el serón de esparto.
El baragoste aura fosco
con los tiestos de las flores secas olvidadas de rujiar.
Las puertas y ventanas, aspras de sustancia,
y la anega y los almudes en el granero
con zarrios achopaus por las goteras,
cuando chemecan las nubes.
Aún cuelga de la percha la zamarra,
la chaqueta de badana con sus tacas,
las albarcas desgastadas de caminos y rastrojos,
aspro calcero...que joriaba los pies en el campo.
Aún espera esa casa, llena de recuerdos
el regreso de sus amos,
con las paredes zaboyadas de yeso
y el barandau oxidau.
En la chaminera del hogar,
aún cuelga la espumadera, las sartenes, el candil y los cazos,
en el aparador las perolas, pucheros, tazas y platos,
con coscaranas envejecidas,
mostrándonos... que fueron usados.
Aún aguanta esa casa labriega de piedras y barro
en la sombría soledad de los años,
con sus reliquias...
 y el cariño que dejaron sus amos.



                           
Jesús Aragonés Blasco. ( Maneles )