A Miguel Hernández
( Pastor adolescente )
Qué más da que se
extiendan rumores
si los hechos no
duermen a la sombra.
Si tu poesía
sedienta de mañanas
nos transmite
amaneceres de montañas.
Si aún danzan
susurros de trinos,
que profundizan en
los tímpanos de mis entrañas,
y oigo las
esquilas, tu cayado,
y el olor de la
lluvia...
en mi traje de
pana.
Si vislumbro en la
senda del ruiseñor,
de la alondra y el
jilguero,
tus ceñidas
florecillas del almendro,
azahares de
naranjos y lozanos limoneros,
que rezuman en tu
vega baja,
¡ oh ¡ pastor
adolescente...a cielo abierto.
¡ Oh ¡ poeta de sol
y luna,
amigo de Sijé, hijo*
de Neruda,
que rompes el
silencio del tiempo
en ancha serranía
por yermos, rastrojos y cerros.
Y sentado sobre un
risco blanco
o a lomos de una
higuera
coloreas tus versos
con letras de oro,
¡ oh ¡ pintor de
levantinas palmeras.
¡ Oh ¡ pastor
adolescente, de majadas y veredas
que caminas palmo a
palmo la tierra,
errante...con
Orihuela a cuestas.
Hoy los aires que
rasgan las carrascas,
que giran rústicas
veletas,
llevan tus versos
trashumantes,
¡ átomos de eterno
poeta ¡
por las serranías
de España,
por los montes
solitarios,
por las abruptas
laderas...
Jesús Aragonés Blasco. (Maneles )
*Hijo: en los versos
de Pablo Neruda a Miguel Hernández.