POR QUÉ  ESCRIBO….



El  hábito de escribir es tan hermoso, tan bello...
que se asemeja al placer de vivir,
por eso escribo.
Porque necesito sentirme vivo,
sentir el ritual de mi mano,
la danza de la tinta, sobre el papel blanco.
Y saber que la escritura es la huella visible,
que deja el invisible...espíritu humano.
Apreciar, desapreciar, menospreciar o despreciar
la escritura,
va en función del mortal que la lee.
Escribo... porque es la pócima que cura en la tierra,
el desconsuelo de mi memoria.


                Jesús Aragonés Blasco. ( Maneles )

 PRISIONERO EN LA CIUDAD

De este aire, que respirar no quiero

en esta ciudad, que vivir me toca

quitar de la mente quiero

esa angustia, que la ansiedad provoca

y en ese haber, que en el tiempo espero

en esta mi casa, que vivir me sobra

paso la vida en este, que es mi sueño

corriendo por el campo, a solas con mi sombra.

                            
                    Jesús Aragonés Blasco. (Maneles)

A Raimundo Salas



Aborreces el brillo del acero
Resbalando en el sudor de la frente,
Azules cielos remontan la muerte
Incapaces de frenar fuego austero,
Mientras añoras las alas del ángel
Un dios que cure aquel caballo blanco,
Naufrago, como marino sin barco,
Deambulas en esta sociedad infiel,
Observando, el desafío que recorres.
Se  olvidaron ya los días de aquel tiempo,
Afloran poemas en las piedras del pueblo*,
Las palomas anidan en las torres,
Alzo la vista en la calle y no tiemblo,
Se me fueron ya...los miedos del cuerpo.

                                                  Jesús Aragonés. (Maneles)


A Raimundo Salas, poeta de la “Generación del Nike”, nacido en Blesa (Teruel),
por el cual siento una gran admiración desde el primer día que leí sus versos, y una
tristeza, porque su vida fuese tan corta. “Escritor de emociones y sentimientos”,
como me gusta llamarme a mi mismo.

Las personas se van, pero si se les recuerda, su espíritu prevalece entre nosotros.



* Pueblo natal de Raimundo Salas

A MI HIJA

Ayer*, en los albores de la mañana
cuando los pájaros al aire
contagiaban su alegría,
abrió a la luz del día
sus pequeñas pupilas.
Ayer*, al renacer la aurora temprana,
los dioses me agasajaron
con esa luna sonrosada
envuelta en la frescura del rocío.
Esa rosa diminuta con pétalos de dulzura                                 que llegó entre los aromas de ese manto florido,
que dejaron los Pilares.
¡ Oh tesoro infinito !
que cubres mi vida de jazmines dorados.
Eres el sentimiento hondo mi niña,
el amor deseado, que renueva mi alegría.
¡ Oh perla de los mares !
Eres el resplandor cristalino del diamante,
el orgullo vivo...
en el alma inmortal de tu padre.




* 20 de Octubre de 1977

                                          Jesús Aragonés Blasco. ( Maneles )

          A Miguel Hernández

           ( Pastor adolescente )

Qué más da que se extiendan rumores

si los hechos no duermen a la sombra.

Si tu poesía sedienta de mañanas

nos transmite amaneceres de montañas.

Si aún danzan susurros de trinos,

que profundizan en los tímpanos de mis entrañas,

y oigo las esquilas, tu cayado,

y el olor de la lluvia...

en mi traje de pana.

Si vislumbro en la senda del ruiseñor,

de la alondra y el jilguero,

tus ceñidas florecillas del almendro,

azahares de naranjos y lozanos limoneros,

que rezuman en tu vega baja,

¡ oh ¡ pastor adolescente...a cielo abierto.

¡ Oh ¡ poeta de sol y luna,

amigo de Sijé, hijo* de Neruda,

que rompes el silencio del tiempo

en ancha serranía por yermos, rastrojos y cerros.

Y sentado sobre un risco blanco

o a lomos de una higuera

coloreas tus versos con letras de oro,

¡ oh ¡ pintor de levantinas palmeras.

¡ Oh ¡ pastor adolescente, de majadas y veredas

que caminas palmo a palmo la tierra,

errante...con Orihuela a cuestas.

Hoy los aires que rasgan las carrascas,

que giran rústicas veletas,

llevan tus versos trashumantes,

¡ átomos de eterno poeta ¡

por las serranías de España,

por los montes solitarios,

por las abruptas laderas...

           Jesús Aragonés Blasco. (Maneles )

                       *Hijo: en los versos de Pablo Neruda a Miguel Hernández.

TRISTE PESAR

       ( A mi esposa )     

No se como será el mas allá
                          si lo encuentro,
después de la muerte...
                          amor mío,
ni siquiera se si llegaré
                          si lo hubiere,
ni cual será mi destino,
cuando mi cuerpo en la tierra,
se diluya en el olvido.
No se como serán allí
                          mis recuerdos,
ni como llevaré mi suplicio,
cuando no pueda abrazarte...
                          mi amor,
ni escuchar el tono de tu voz,
en el mudo silencio mío.
Cuando me encuentre de pronto
sin el dulce sabor de tus besos,
sin el destello de tus ojos,
sin el néctar de tu cuerpo.
Cuando no sienta latir...
                           junto al tuyo,
mi corazón henchido.
 

         Jesús Aragonés Blasco. ( Maneles )

Decidme sueños


A través de los sueños
escucho los secretos del viento,
las flores, bosques y plantas,
avecillas que gorjean sus versos,
entre nubes de verdosas ramas.
A través de los sueños
escucho el bramar de los viejos mares
y veo sirenas bajo la diosa Selene...
con sus cabellos de nácar.
Decidme sueños de mis noches
que movéis mis ojos cerrados,
y agitáis mi corazón y mi alma.
Si la lluvia que me moja,
si las lágrimas que derramo,
si el tacto de mis manos,
o los besos de mis labios,
son vivencias reales o falsas.

Decidme sueños que os marcháis,
al despuntar el alba.
Decidme magos y hadas,
si son veraces mis sueños
cuando en los viajes de la noche
cruzo al otro lado...
como centella profana.

       

              Jesús Aragonés Blasco. ( Maneles )

La tierra que piso

La tierra que piso
es la mar abierta y ondulante
que navegaron los brazos yunteros.
Sus olas...surcos de aladro
que endrecharon las mulas pardas
en los viejos campos.
La tierra que piso,
porosa, sedienta... que amo,
es la herencia circulante
de aquellas manos adolescentes,
que maduraron con la bochornosa siega,
vendimias duras, azafranes,
y el frío cierzo de los olivares.
De aquellas manos desnudas
que abrazaron...la huella del  hambre,
y el cielo sonoro...oloroso de sangre.
La tierra que piso,
cimentada...en ese lienzo sepia
que recubren las décadas.
Ámbar de sueños oxidados,
esperanzas, tristezas, alegrías
cánticos y plegarias,
que vislumbro escarbando,
al atardecer de mis ansias.
La tierra que piso.
es la literatura honda,
de albarcas, herraduras y carros,
literatura...de caminos centenarios.

                     Jesús Aragonés Blasco. ( Maneles )

A Miguel de Molinos

Yo sé…caballero de Muniesa
que vos cautivo en las mazmorras
llevasteis honestamente un espíritu altanero,
y el llanto de vuestras penas
desdicha del destino,
fue el fuego de cada aurora
que calentaba vuestro silencio.
Allí quedaron vuestros pensamientos secuestrados
grabados por el rayo,
que dió luz a esa pluma aureada,
que vaga desamparada en ese confín azulado…
eclipsando el firmamento.
Allí quedó vuestra la sangre generosa
que derramó la curia romana,
esa curia implacable que alzó su quijada en los altares,
e hizo temblar al mundo.
Aún oigo como levanta el viento sonoro
la insolente tiranía…del omnipotente hueso,
y despedaza los rescoldos que se avivan
mirando al cielo.
Aún hoy errante y sin gloria
dormís en los laureles sombríos,
vos que llevasteis el pensamiento de Dios escrito
ante los discípulos de Cristo.
Y contemplo con dolor el busto inerte
que lleva vuestro nombre cincelado en ese mármol frío,
mientras dormís desnudo en la calle sombría
con un epitafio que dice “a su ilustre hijo”,
entre lecciones de gente piadosa
que no lloran vuestra muerte.



                     Jesús Aragonés Blasco ( Maneles )

Caminos que van a Río Seco


Caminos que van a Río Seco
entre pinos que inspiran quietud al alma,
surcados por las nubes que regaron
esos espíritus transfigurados,
que nos muestran su rostro al alba.
Caminos de brazos abiertos,
¡bohemios!, de ocasos y auroras.
Quiero introducir mis sentidos
en esa madriguera de sombras.
y sentir bajo mis pies el verdor de las hojas.
Caminos…que dais pasión a mis andares
e impregnáis mi alma de aromas.
Caminos serpenteantes de Río Seco
que me lleváis más allá de la mirada,
más allá de esa energía que me cautiva,
de esa imagen…que me complace y me habla.


                 Jesús Aragonés Blasco. (Maneles)