martes, 15 de marzo de 2016















Renglones al aire

¡ Hola abuela ¡
Aquí te escribo de nuevo
estos renglones de cigüeña,
porque mientras lo hago
te siento mas cerca.
Quizás los que se fueron del pueblo
cuando el ocaso les abrió las puertas,
como se fue Agustín, en el vuelo de un sueño,
te hayan llevado noticias mías,
pues mis andares siguen rechinando
por las calles del pueblo todas las semanas,
aún cuando el frió agudiza las noches tempranas.
Ha pasado mucho tiempo, abuela
desde que dejaste la llave en la gatera
y cruzaste el reguero.
El patio de la casa esta reseco
y la parra que sombreaba la fachada
se durmió esperando.
En la calle persisten
las manos encallecidas
y los brazos yunteros, abuela
que se los esta llevando poco a poco
esta vida caduca.
Suben a ver ese Cristo estéril,
a cobijarse en la sombra
de esa morera erguida,
allí sus vocablos nostálgicos,
sus profecías...resuenan,
a las puertas de la ermita,
mientras sus gayatas aplastan,
las hojas caídas.
Ahora en las eras ajardinadas,
ya no trillan las mieses,
ni en los campos ahondan, el surco
las mulas pardas.


   
Jesús Aragonés Blasco. (Maneles)

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